Aunque el dengue, el chikunguña y el zika, son enfermedades más bien asociadas a la llegada de la primavera y el verano, las medidas ambientales y educativas necesarias para reducir su incidencia, deben adoptarse por anticipado.
Durante la mayor parte del año, estas enfermedades parecen excluidas de la agenda sanitaria, sin embargo, en el último tiempo avanzan sobre las grandes urbes, razón por la cuales es necesario concientizar debidamente sobre las tareas preventivas que se deben realizar para combatirlas.
Todos los veranos, con el arribo de los días más calurosos y húmedos, nubes de mosquitos se convierten en una verdadera pesadilla; pero el problema no reside sólo en sus molestas picaduras, sino y fundamentalmente, en la posibilidad de contraer una enfermedad infecciosa que puede variar desde cuadros febriles leves hasta estados gripales agudos, e incluso ocasionar la muerte.
Al no existir una vacuna, la única forma de hacerles frente es la prevención… pero limitarse a actuar sólo cuando llega el período estival o ante la aparición de los primeros casos, es insuficiente. Una buena campaña preventiva debe promover actividades que impliquen y comprometan al conjunto de la ciudadanía, en especial, a los niños y a los jóvenes.
A esto apunta el desarrollo del juego educativo “Gánale al Dengue, al Chikunguña y al Zika”...
Descripción
del juego
El juego educativo "Gánale al Dengue, al Chikunguña y al Zika", es un juego de mesa diseñado para un máximo de 6 participantes: niños o niñas en edad escolar de 7 a 12 años aproximadamente; y también, para utilizarlo al interior de la familia entre niños/as y adultos.
Mediante
el desarrollo del juego se pretende que los/as participantes -a
través de una actividad lúdica- conozcan y analicen las principales
formas de prevención y contagio de esta enfermedad.
El
juego se compone de un tablero de juego, ocho fichas ilustradas con
rostros de niños y niñas sanos por un lado y enfermos por el
reverso, dos fichas mosquito o zancudo, cuatro fichas repelente para mosquitos y un dado.
A través de un recorrido señalado en el tablero desde la partida, cuatro jugadores -lanzando el dado alternadamente-, deben intentar llegar con sus respectivas fichas a la meta, que se encuentra en la parte superior del tablero.
Los dos restantes jugadores, empleando las fichas ilustradas con la figura de un mosquito o zancudo (Aedes Aegyptiy) partiendo de los espacios señalados en el centro del tablero, deben intentar darle alcance al resto de los jugadores con el propósito de contagiarlos.
Para efectos del juego, el diseño del tablero contempla varias zonas de peligro coloreadas de rojo e ilustradas con acciones que favorecen el contagio, como es el caso de: botellas vacías; pastizales; neumáticos o cubiertas en desuso; bebedero de mascotas con agua; desagüe con agua estancada, pileta o piscina con agua, etc...
En los demás casilleros se presentan imágenes con acciones que previenen el contagio, como es el caso de: balde de agua boca abajo, ventana con malla anti-mosquito, repelente, persona fumigando, barrido de agua, espirales, etc.
El contagio se puede ocasionar sólo cuando los jugadores son alcanzados por uno de los mosquitos en una zona de peligro. Si esto ocurre, el jugador o jugadora contagiado debe retroceder su ficha a la zona de tratamiento (centro de salud) más cercana y dejar pasar una jugada, luego de lo cual, puede continuar el juego.
Los jugadores cuentan con una ficha de repelente para mosquitos que pueden utilizar sólo una vez para evitar ser contagiados.
Resulta ganador o ganadora quien primero logre llegar a la meta.
Elementos
del Juego
-
Un tablero de juego.
- Ocho fichas ilustradas con imágenes de niños y niñas.
- Dos fichas mosquito.
- Cuatro fichas repelente para mosquitos.
- Dos fichas mosquito.
- Cuatro fichas repelente para mosquitos.
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Un dado.
-
Una lámina con las instrucciones para desarrollar el juego.
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